El aumento de la temperatura, el contacto con el agua, el calor sofocante, entre otros factores, son propios del verano y aumentan el riesgo de padecer algunas enfermedades. Para ayudarte a que tú y tu familia mantengan una salud plena durante esta temporada, conoce cuáles son y, ¡tomen precauciones!
Algunas de las infecciones que suelen presentarse se pueden prevenir, pero cuando no se tratan correctamente pueden ser muy peligrosas para la salud. El lado menos amigable del sol y el calor se traduce en distintas enfermedades que van desde patologías infecciosas, hasta daños cutáneos graves.
Para evitarlos, conoce a continuación los peligros latentes en esta época.
¡No dejes que empañen tu diversión!
- Deshidratación: El calor y la exposición prolongada al sol hacen que perdamos mucha agua corporal a través del sudor, la micción, las heces y otros fluidos. Si no se repone de forma suficiente, y no se actúa ante los primeros síntomas, podemos poner en riesgo la salud, e incluso tener un golpe de calor. Prevenirlo es tan sencillo como beber líquido de manera continua, aunque no tengamos sed. Se recomienda tomar un mínimo de 2 litros de agua diarios, ¡que no se te pase!
- Quemaduras solares: Abusar de la exposición al sol y hacerlo sin protección puede arruinarte el verano. La piel puede sufrir quemaduras de segundo y hasta tercer grado que se manifiestan en forma de ampollas, ulceraciones, dolor intenso y fiebre. Para prevenirlo, hay que utilizar protectores solares y moderar las horas de exposición a los rayos ultravioleta, ¡no te broncees tanto!
- Herpes labial: Aparece con mayor frecuencia durante los meses de verano por causa de los rayos ultravioleta que favorecen la transición del virus. Para prevenirlo, se recomienda utilizar protectores labiales y mantener las defensas en un estado óptimo. Si no conseguimos evitar su aparición, podemos utilizar un tratamiento tópico antiviral para frenar su progresión y acortar la curación.
- Intoxicaciones alimentarias: Durante el verano se multiplican este tipo de patologías al ingerir alimentos en mal estado por el efecto del calor. Estas intoxicaciones pueden causar diarreas, náuseas, vómitos y suponen un importante riesgo de deshidratación. En caso de padecerlas, se recomienda acudir al médico.
- Otitis: Se contagia en playas y piscinas a través de bacterias y hongos, ya que la combinación de agua y calor favorece su propagación. Para prevenirlo debemos evitar sumergirnos a menudo, limpiarnos los oídos después del baño y utilizar tapones, sobre todo en el caso de los más pequeños, que son más propensos a contraerla, ¡procura que tus hijos disfruten todo el verano!
- Cistitis: Esta patología afecta sobre todo a las mujeres y es muy frecuente en esta época del año. Las causas más habituales son el contacto con la fría temperatura del agua y el mal hábito de permanecer demasiado tiempo con el bañador mojado. Para evitar que la humedad afecte al sistema urinario, debemos secarnos bien tras el baño y sustituir el traje por uno seco, ¡protege todo tu cuerpo!
- Diarreas agudas: Beber agua contaminada, no respetar la cadena de frío, o la mayor ingesta de alimentos crudos, nos hacen más vulnerables a sufrir problemas digestivos en verano, y en especial intoxicaciones alimentarias, que nos produzcan vómitos y diarrea. El principal peligro de este trastorno es que la persona se deshidrate. Procura llevar la comida a la playa en recipientes herméticos, y lávate adecuadamente las manos antes y después de manipularlos. Lava bien los ingredientes que vayas a comer crudos, ¡y disfruta de un buen picnic!
- Faringitis y bronquitis: En la mayoría de los casos están causadas por los cambios bruscos de temperatura, que supone estar en un local con aire acondicionado demasiado frío y salir al calor intenso de la calle, ¡que tus hijos no se queden en cama!
- Conjuntivitis: Las causas pueden ser diversas: exposición al sol, el aire acondicionado o una infección adquirida, por ejemplo, al abrir los ojos bajo el agua de la piscina o la playa sin llevar gafas. También por el uso de lentes durante demasiado tiempo o estar en ambientes muy cargados.
- Cálculos renales: Con el calor sudamos más, y al estar más deshidratados es más fácil que se formen cálculos en el riñón, sobre todo en las personas que tengan propensión a ello. Los cálculos o piedras, son pequeños cristales hechos de sales minerales. Cuando son pequeños se expulsan sin problema en la orina, pero si son de gran tamaño provocan dolores fuertes al no poder disolverse. Por ello es muy importante mantenerse bien hidratado y beber agua, mucha agua.
- Picaduras de insectos: Los mosquitos van de la mano con el buen tiempo y las altas temperaturas. Avispas o zánganos son algunos de los muchos que nos podemos encontrar. Picor e irritación son los síntomas más comunes que causan sus picaduras, salvo en las personas alérgicas, que pueden sufrir reacciones fuertes muy peligrosas si no se trata de inmediato la picadura. Tema aparte son los mosquitos de lugares más exóticos, su picadura puede transmitir el dengue o la malaria, entre otras.
El sol, la temperatura alta, el sudor, el cambio de alimentación, la falta de humedad o el exceso de la misma en playas y piscinas son causa de numerosos problemas de salud, afecciones y enfermedades típicas que pueden convertirse en algo serio.
Si algún miembro de tu familia o tú se enfermaron, debes consultar a tu médico lo más pronto posible para que no se agrave la situación, ¡no pongas en peligro a tu familia! Sabemos que los hospitales no siempre son económicos, así que, si no previniste esta parte de la temporada vacacional, ¡despreocúpate! Aquí estamos nosotros para ayudarte.
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